Con un despliegue digno de una megaproducción de Hollywood
el videojuego Call of Duty fue presentado como la mayor atracción del 2010. Y aunque eso podría estar en tela de juicio, de lo que no hay dudas es sobre el revuelo y el rechazo que ha causado en Cuba. Es que la primera misión de este videogame en el que sobran tiros y sangre es precisamente dispararle a Fidel Castro. Matarlo.
Ambientado en plena Guerra Fría, con videos que introducen al jugador a un mundo de película, el objetivo es realizar misiones de agentes especiales de Estados Unidos en Cuba, Vietnam y la ex Unión Soviética.
En la primera de ellas, el jugador tiene que matar al ex presidente cubano Fidel Castro
"Lo que no logró el gobierno de los Estados Unidos en más de 50 años, ahora pretende alcanzarlo por vía virtual'', publicó –con los tapones de punta- Cubadebate, un sitio oficialista.
La primera misión de "Call of Duty: Black Ops" está emplazada en la Cuba anterior a la Crisis de los Misiles de 1962, cuando el mundo estuvo al borde de una tercera guerra mundial debido a un enfrentamiento entre la entonces Unión Soviética y Estados Unidos por armas nucleares que se pensaban colocar en la isla.
Así, el juego está plagado de referencias políticas incluyendo el asesinato de John F. Kennedy, conspiraciones, traiciones, mucha sangre y violencia más todos los clásicos –fuego cruzado y batallas imposibles- que esperan los fanáticos de este juego cuya versión anterior es una de las más vendidas de la historia del entretenimiento.
Para el sitio, se trata dijo de una "operación" de propaganda contra Cuba que desde el triunfo de la revolución de 1959 rompió relaciones con Estados Unidos.