La película, que abrió las puertas al cine del futuro, cumple 10 años.
- Utilizó técnicas avanzadas para sus principales escenas de acción.
- Sus detractores criticaron su falta de coherencia de una entrega a otra.
Desde la cibernética imagen del comienzo, cuyas letras y números en verde sin orden aparente sirvieron luego como icónico fondo de pantalla para miles de ordenadores, hasta su trepidante y romántico desenlace, The Matrix es puro cine del siglo XXI.
Thomas Anderson (Keanu Reeves), cuyo alias es Neo, descubre gracias a Morfeo (Laurence Fishburne), considerado el sujeto más peligroso por las autoridades, que el mundo en el que vive es una ilusión generada por ordenador, puesta ante sus ojos "para ocultar la verdad".
Vengo a enseñaros un mundo sin reglas, sin fronteras
Mientras tanto, la población vive en una realidad virtual, la misma que distrae las mentes humanas -en una actualización del mito de la caverna de Platón- mientras los cuerpos son empleados como fuente de energía para mantener el funcionamiento de las máquinas.
Y ahí comienza la misión, repleta de símbolos cristianos, para Neo -anagrama de One, el elegido-, que debe liderar la lucha por la libertad de la humanidad desde la ciudad de Sión, con la ayuda de Trinity (Carrie-Anne Moss).
Los hermanos Larry y Andy Wachowski, directores y guionistas del filme, trufaron su obra, que posee tantos aficionados como detractores, con homenajes al cine que aman.
Este "thriller", de atronadora banda sonora y repleto de imaginación, combina las premisas de la ciencia ficción tradicional con una tecnología en efectos visuales nunca vista hasta entonces.
Destaca la técnica llamada bullet-time photography, una extremada ralentización asistida por ordenador que registra hasta 12.000 fotogramas por segundo, usada en escenas como en la que Neo logra esquivar las balas de uno de sus enemigos.
Para Henry Jenkins, fundador del programa de Estudios Culturales de los Medios en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en el libro Convergence Culture: "Muchos críticos machacaron las secuelas porque no eran lo suficientemente lógicas en sí mismas y bordeaban la incoherencia", agregó.
"Vengo a enseñaros un mundo sin reglas, sin controles, sin fronteras... donde todo es posible. ¿A dónde vamos después? Es una decisión que os dejo a vosotros", pedía mientras tanto Neo a los espectadores.